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20 Jan

Roberto Gallego: Trabajo, exigencia y compromiso.

Publicado por Rogelio Estévez Alcalá  - Etiquetas:  #Baloncesto

Roberto Gallego: Trabajo, exigencia y compromiso.

Roberto Gallego: Nació en Madrid 2/03/1972 pero no fue hasta la temporada 1993/94 cuando recaló en Guadalajara definitivamente, ya que antes se había dejado caer con otros equipos como el Real Madrid junior.

En el verano de 1993 se produjo un cambio radical en el C.B Guadalajara, después del ascenso a la ACB no consumado, donde un grupo de jóvenes llegarían a Guadalajara tras el acuerdo de cesión de jugadores que existía con el Real Madrid. En ese grupo de jugadores aparecería un joven de veintiún años llamado Roberto Gallego, un escolta de uno noventa y cuatro de estatura, todo un desconocido para la afición alcarreña, ya que también pasaba un poco desapercibido. En primer lugar venia como recambio de José María Silva, cuando tuviera que estar descansando en el banquillo, pero la mala suerte hizo que las cosas cambiaran y que Roberto se convirtiera en el escolta titular del equipo. Una lesión en el primer partido de liga contra el C.B Salamanca, en un choque fortuito de rodillas entre Perry Carter y José María Silva, haría que Silva estuviese de baja toda la temporada y que Roberto tuviese que cubrir un papel muy importante dentro del equipo, ya que Silva era uno de los pilares fundamentales del equipo y para el entrenador Ángel Jareño. Mas a todo eso si le unimos que Silva era uno de los jóvenes que el año anterior había conseguido el ascenso a la ACB y el subcampeonato de liga y que la afición alcarreña confiaba plenamente en él, un listón muy alto para Roberto que rápidamente se encargaría el de saltárselo en un par de partidos. Efectivamente en apenas dos partidos fue capaz de dejar a todos boquiabiertos con sus lanzamientos en suspensión a cinco metros sus entradas a canasta a aro pasado, con sus fintas para hacer volar a hombres más altos, que el en el poste bajo cuando recibía algún balón en alguna salida tras algún bloqueo.

Una primera temporada en Guadalajara muy complicada donde apenas hubo victorias que saborear, partidos perdidos en el último minuto, o por cinco o menos puntos, después hacer un buen encuentro. Independientemente de todo eso Roberto seguía a lo suyo intentando que el equipo ganase y anotando una infinidad de puntos. No había partido que bajase de los veinte puntos , en los que era una maravilla verle finalizar los contraataques, dejando a los rivales atrás con una facilidad pasmosa. Roberto Gallego tenía unos recursos ofensivos extraordinarios, quizás como dijo un día un entrenador suyo, le faltó algo de velocidad pero lo que si recuerdo de él, y una de las cosas que siempre más me gustaron, era su cambio de mano y ritmo de derecha a izquierda, un cambio de mano que lo hacía a la velocidad de la luz y donde sacaba unas ventajas increíbles. Roberto siempre fue un jugador correcto dentro de la pista como lo era fuera de ella, también se le criticó que a veces no defendía demasiado, pero los que le conocían bien dicen que cuando se ponía el mono de trabajo se superaba así mismo. Su primera temporada en Guadalajara acabó con un color bastante gris en cuanto a resultados a nivel colectivo. A título nivel individual fue el mejor, el líder de los minutos jugados y puntos anotados pero el equipo quedó penúltimo clasificado, lo que contribuyó que Roberto dejase unas grandes referencias sobre su calidad en Guadalajara.

En su segunda temporada en nuestra ciudad con un equipo totalmente remodelado y con una categoría nueva a estrenar, como era la Liga EBA, Roberto y sus nuevos compañeros se disponían a afrontarla con valentía esperando que no les ocurriese lo de la campaña anterior. Al igual que la temporada pasada Roberto siguió con más de lo mismo: partidos de más de veinte puntos, triples increíbles, tiros en suspensión, contraataques y esas entradas que tanto gustaban donde sacaba grandes ventajas al marcar los pasos tan grandes; en defensa algún robo que otro de balón hacía que Roberto nos deleitara con alguna delicia, como el día que le metió un mate en la cara a Ismael Santos en un partido amistoso ante el Real Madrid de Sabonis y que al mismísimo jugador lituano le metiera algunas canastas delante de su misma cara para asombro del mismo Sabonis. Un Roberto Gallego siempre peleón nunca se arrugaba ante nadie por mucha fama que tuviera, como fue ante Lorenzo Sanz Jr, cuando finalizo un contraataque delante de él y le dejo algún recadito de que no se quejara tanto. En la temporada 1994/95 el equipo se metió en los puestos de la lucha por el acenso, un poderoso Gran Canaria frenó la racha de Roberto y sus compañeros; un Roberto que tuvo que ser defendido por dos jugadores, ya que nadie podía parar a esta máquina de hacer baloncesto, puntos y lo que le diese la gana, ya que en el puesto de escolta es y siempre será el mejor que pasó por Guadalajara.

Donde también era bueno en aquella época era a la hora ligotear con las jóvenes, todo un “gentleman” pero todo un genio también en sus estudios de empresariales, ya que a la vez que jugaba estudiaba.

En su última temporada fue lo más parecido a la primera, donde el equipo no funcionaba muy bien, ya que las derrotas se hacían con el equipo y el desánimo se hacía patente. Aun así el equipo lograba salvar la temporada, donde Roberto volvió a ser el máximo anotador y donde también quedo entre los máximos anotadores de la competición, algo que no pasó desapercibido por algunos clubes de las más altas competiciones como fue la Liga LEB.

En el verano de 1996 Roberto Gallego decía adiós a la ciudad de Guadalajara que le vio crecer como jugador y como persona. Nos decía adiós el Loris Capirossi del C.B Guadalajara, como así le apodaron sus compañeros, o el Mr. Bean, unos compañeros que, aunque pasen los años, siempre hablan maravillas de él, de lo buen jugador y compañero que era.

En ese mismo verano de 1996 Roberto fichaba por Lucentum Alicante, un equipo de la Liga LEB, donde por fin daba un paso más en su carrera y un salto muy importante para él, ya que estaba más que de sobra preparado para jugar, pero no para poder afrontar un final tan trágico he inesperado.

Cuando todo parecía apuntar a que la carrera de Roberto seguiría creciendo, sin conocer techo alguno todo, se truncó debido algunos problemas que impidieron seguir a Roberto en la práctica del baloncesto y tener que volver a casa. Nunca sabremos que pudo ser de haber continuado jugando a gran nivel. Yo sigo pensando que hubiera llegado lejos, debido a una calidad extraordinaria para jugar al baloncesto. Estuve muchos años sin saber nada de él, hasta que un día un ex-compañero suyo me dio su número de teléfono y a día hoy nos mantenemos en contacto. Actualmente Roberto sigue jugando con sus amigotes en la liga municipal de Madrid, en el equipo Los Rebolledo donde han quedado ocho veces campeones de liga. Estoy seguro que con él se cumple el refrán de “ El que tuvo retuvo y guardo para la vejez”.

Sirvan estas palabras como un pequeño homenaje a todo un gran jugador y amigo, que un día pasó por Guadalajara y dejó una huella imborrable en la ciudad y en el baloncesto alcarreño y al que deseamos la mayor de las suertes en su vida personal y profesional.

Roberto Gallego: Trabajo, exigencia y compromiso.
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